Al sector de la rehabilitación no le convence la dotación del Fondo Nacional de Eficiencia Energética

Contará con un presupuesto de 350 millones de euros anuales -el Estado aportará el 35%- | 'Es un acuerdo 'in extremis' y de trámite para cumplir con Bruselas para evitar advertencias' | El Fondo permitirá poner en marcha proyectos de inversión que mejoren la eficiencia no sólo en edificios residenciales y terciarios sino también en industriales, agrícolas, etc. | Pese a las dudas, la iniciativa puede convertirse en una palanca para revitalitar el sector | Un parque de 25 millon

"Inmaduro, sin concreción y carente de compromisos". Así de tajante califica Javier García Breva, presidente de N2E y experto en políticas energéticas, el anuncio de la creación de un Fondo de Eficiencia Energética, muy demandado por el sector y que se coló entre las más de 40 medidas contempladas en el Plan del Gobierno para el Crecimiento, la Competitividad y la Eficiencia.

Este Fondo, cuyo destino principal es cumplir con el objetivo de rehabilitación energética de edificios, era aprobado en el Consejo de Ministros solo un día después de cumplirse el plazo de transposición -5 de junio- de la Directiva Europea de Eficiencia Energética 2012/27/UE, que en su artículo 20 propone esta medida. "Se trata de un acuerdo in extremis y de trámite para cumplir con Bruselas, y así evitar la advertencia o expediente de la Comisión Europea, como ya ocurrió con la última directiva de eficiencia energética de edificios de 2010", cree García Breva.Bruselas ya denunció a España en 2011 por no cumplir con la normativa.

Ya el pasado 3 de diciembre, el Ministerio de Industria, Energía y Turismo remitió a la Comisión Europea un completo informe de medidas destinadas a cumplir con los objetivos de eficiencia energética en el que se comprometía a la creación de un Fondo Nacional. Un documento que, en cumplimiento con el artículo 7 de la Directiva, enviaba dos días antes de su fecha de expiración.

Hasta aquí parece que el Plan de Medidas, con respecto a la creación del Fondo de Eficiencia Energética, no aporta ninguna novedad. Sí lo es, en cambio, la fijación de la cuantía que tendrá este Fondo: una dotación de hasta 350 millones de euros anuales procedentes de los Fondos Estructurales Europeos correspondientes a la Administración Estatal, que aportará el 35%. El resto se obtendrá "a través de un sistema de obligaciones a los suministradores de energía que, o bien tienen que alcanzar ahorros con actuaciones propias para reducir el consumo, o bien con aportaciones a este Plan", aclaró la vicepresidenta Sáenz de Santamaría en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

Por lo tanto, este Fondo se nutrirá, entre otras fuentes, de los recursos obtenidos por la obligación de las comercializadoras de electricidad, gas y productos petrolíferos, incluido el transporte, de reducir un 1,5% cada año la facturación a los clientes. Una medida en la que "aún queda por definir lo más importante", según Alberto Coloma, gerente de la Fundación La Casa que Ahorra: El catálogo de actuaciones que podrán llevar a cabo las comercializadoras y cómo computarán a efectos de ahorro cada una de ellas. En este sentido, Coloma espera que se consideren prioritarias las actuaciones de rehabilitación energética que producen los mayores ahorros en los edificios, "y que no son otras que las de aplicación de mejoras en sus envolventes con el fin de reducir la demanda energética".
Sin embargo, este Fondo, que permitirá poner en marcha proyectos de inversión que mejoren la eficiencia energética, no sólo llegará a los edificios de uso residencial y terciario (hoteles, centros del Sistema Nacional de Salud, comercio minorista, etc.), sino también a los sectores industrial, agrícola o de transporte. Según Georgios Tragopoulos, técnico de eficiencia energética de WWF España, "para que pueda funcionar bien un Fondo como éste, es necesario enfocar el flujo de los capitales hacia una sola dirección, desde conseguir un impacto mayor y una estimulación de la mayoría de las inversiones del sector privado".

"Evidentemente", prosigue Tragopoulos, "es muy difícil que 350 millones de euros anuales generen este impacto en todos los distintos sectores a los que se dirigirán y posiblemente no tendrán la capacidad de crear un sector de rehabilitación energética profunda', que es lo que necesita el parque edificatorio español en estos momentos".

Peter Sweatman, coautor del Informe de 2014 'Estrategia para la Rehabilitación: Claves para transformar el sector de la edificación en España', elaborado por el grupo de trabajo independiente GTR, opina también que 350 millones de euros anuales "es una dotación pequeña respecto al volumen de inversiones que el GTR prevé que hay que hacer para generar los ahorros energéticos necesarios para cumplir con la directiva". Volumen que cifra en 1.000 millones de euros anuales. Pero, además, según este experto, la clave para que el Fondo funcione está en disponer de un producto financiero para cada segmento del mercado y de una estrategia explícita para cada sector: "Es muy distinto el sector hotelero y/o de salud que el sector residencial y requiere un acercamiento diferente con operadores y productos financieros distintos".

Con todo, este fondo para la eficiencia energética puede convertirse en una gran palanca para la revitalización del sector, la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de sectores como la edificación, el transporte, la industria o el sector agrícola. Y, en el caso de la edificación, "puede ser una solución a problemáticas como la pobreza energética", señala José Luis López, de la Asociación de Ciencias Ambientales. "De ahí", continúa, "que sea muy importante aprovechar esta dotación económica a través de mecanismos y procedimientos que contemplen también fines sociales en su asignación". Por ejemplo, articulando mecanismos que destinen diferentes porcentajes de ayuda en función de los distintos grados de vulnerabilidad de los hogares y edificios a los que se destinen las ayudas.

El Fondo Nacional de Eficiencia Energética destinará la mayor parte de sus recursos a cofinanciar actuaciones en edificios residenciales y terciarios. Por ello, está prevista la aprobación de un Plan de Ahorro de Energía y Reducción de Emisiones en la Edificación que, según el Gobierno, movilizará una inversión total anual estimada de 892 millones de euros. Por su parte, las Comunidades Autónomas, a las que pidió colaboración la vicepresidenta, llevarán a cabo actuaciones complementarias de ahorro energético destinando en torno a 133 millones de euros anuales a través de sus fondos Feder.
A todo ello hay que unir los 200 millones de euros que el Plan de Vivienda 2013-2016 ha comprometido para ejecutar actuaciones de rehabilitación energética de edificios. Además, ya desde el año 2013, está abierta una línea ICO para la rehabilitación edificatoria, dotada de 1.000 millones de euros durante el periodo 2013-2016."Todos estos fondos suman una cantidad de dinero que puede contribuir al impulso del sector de la rehabilitación energética de los edificios, si también el Fondo Nacional de Eficiencia Energética se utiliza en su totalidad hacia este fin", apunta Tragopoulos.

En España es necesario rehabilitar un parque de 25 millones de viviendas hasta 2050, "al tiempo que se impulsa un sector, como es el de la rehabilitación, que apenas llega al 3% de este parque", señala García Breva. El acuerdo del Consejo de Ministros se queda, en su opinión, "muy lejos de esta meta en recursos, objetivos y concreción de planes".